“Nuestra institución es muy activa en lo que a relaciones con la comunidad y su entorno cercano se refiere. Esto lo hacemos no solamente a partir de nuestras actividades académicas, sino también de una serie de iniciativas de alto impacto social, que reflejan fielmente la misión de una universidad estatal como la nuestra.

Este campus tiene un arraigo muy profundo en la comunidad, por lo que el ser parte del circuito patrimonial del país es algo absolutamente normal y que por cierto nos llena de orgullo”, enfatizó el director del Campus Santiago de la UV, Galo Herrera.

A la actividad, que se efectuó entre las 10 y las 15 horas, asistieron alrededor de 200 personas. Según comentó Karen Viviani, delegada de Cultura del Centro de Alumnos de Administración Pública, los participantes no solamente pudieron recorrer el recinto, sino también obtener información sobre aspectos destacados de su larga historia ligada a la formación y de algún modo revivir su pasado como “claustro”, observando una recreación de la vida de los sacerdotes a cargo de alumnos del taller de teatro de la UV y una proyección de fotografías de la época.

Entre los visitantes había varios ex estudiantes y profesores que se emocionaron al recordar episodios de su propia vida en estas aulas. Como don Ruperto (82 años), quien ingresó en 1952 y cumplió un internado que duró seis años. “Nos levantábamos todos los días a las 6 de la mañana, menos los domingos y los festivos”, rememoró. También contó que eran días de mucho estudio, misas y normas estrictas. “Estaba prohibido hablar con los compañeros en clases, solamente podíamos hacerlo en los recreos”, acotó.

Sobre el origen del recinto, la Congregación de los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María -o claretianos- ha explicado que “una santa dama de la parte sur de Santiago, doña Anita Mira Mena, regaló entonces un solar junto a su mansión en la larga calle que unía la capital con el sur del país y servía para las entradas de numerosas haciendas o fundos en esa zona. La ruta se llamaba camino del sur y al hacerla más ancha tomó el nombre de avenida. Por 1940 se llamó Gran Avenida Isabel La Católica. Diez años después quedó simplemente como Gran Avenida y actualmente lleva el nombre del padre de la patria don José Miguel Carrera”.

Luego de ser un claustro para la formación sacerdotal, a mediados de los ‘50 se convirtió en uno de los colegios representativos de San Miguel, siempre ligado a los claretianos.

Desde 2008 la UV imparte en este lugar –ubicado en la esquina de Gran Avenida y Salesianos, en el sector de El Llano-, diversas carreras y desarrolla programas de investigación. En este periodo se han llevado a cabo diversas modernizaciones en infraestructura y equipamiento para beneficiar a estudiantes, profesores, administrativos y directivos que se desempeñan en el campus. Sin embargo, se ha mantenido intacto su sello arquitectónico y, sobre todo, su espíritu orientado a la educación de las personas para el bien del país.

El director Herrera destacó que “todas nuestras acciones de gestión en la infraestructura están fundadas en el respeto de su historia y tradición, por cierto con las condiciones que necesitamos para nuestro quehacer académico. Ejemplo de esto han sido los mejoramientos y restauraciones en el teatro, que fue el primero del sector sur de la capital, y las recientes obras en el gimnasio, lo que lo vuelve a posicionar como un punto de encuentro de la comunidad. Para nuestra comunidad universitaria es una enorme responsabilidad estar en este edificio, que tiene una historia memorable”.

La Municipalidad de San Miguel incluyó el Seminario Menor Claretiano y actual Campus Santiago de la UV en el catálogo promocional del Día del Patrimonio, junto a otras construcciones históricas, como la Casa de Servicios Chacra Familiar Subercaseaux, Cavas Viña Concha y Toro y el Hospital Ramón Barros Luco.

Desde el Consejo de Monumentos Nacionales destacaron que en la jornada 2016 participaron más de 700 mil personas a lo largo del país.

El Día del Patrimonio Cultural se instituyó por decreto en el año 2000 y se fijó el último domingo de mayo como día de su celebración.