En el marco del seminario “Neruda, 110 años”, el destacado escritor Poli Délano visitó el Campus Santiago de la Universidad de Valparaíso.
Délano, quien es candidato al Premio Nacional de Literatura 2014, integró el panel “Neruda y la Política” junto al académico de la Universidad de Playa Ancha Eliseo Lara.
Délano tuvo una relación personal con Neruda, al punto que su apodo de “Poli” (su verdadero nombre es Enrique) se debe al insigne poeta, quien al visitarlo cuando acababa de nacer en Madrid exclamó “¡Este niño es un Polifemo!”, en alusión al cíclope de la mitología griega, debido al gran tamaño del futuro escritor.
En su intervención en el panel, Délano abundó sobre las personas y sucesos que llevaron a Neruda a convertirse en comunista pasados los 30 años de edad. “Lo que marca su cambio y el cambio del carácter de su poesía, que hasta antes de 1936 era de amor o surrealista y sólo con algunos atisbos de inquietud social, fue la Guerra Civil Española. Como cónsul en Barcelona primero y en Madrid después, él convivió con la generación de poetas que integraban Federico García Lorca, Miguel Hernández y Rafael Alberti, entre los más destacados, todos los cuales eran militantes de izquierda, apoyaban la República y tomaron parte activa del conflicto. En España su vida era una constante tertulia literaria y política y eso termina siendo fundamental en su cambio de postura”, explicó.
“La guerra, el fusilamiento de García Lorca, los padecimientos de la población civil, fueron un verdadero terremoto para Neruda y entonces él, que había pasado cinco años de soledad en Asia escribiendo una poesía hermética y oscura, escribe su primer libro político: ‘Con España en el corazón’. Es de una poesía violenta, insultante y en el poema ‘Explico algunas cosas’ él relata lo que le ha pasado. Esta transformación venía gestándose desde su época de bohemia santiaguina, pero culmina tras la Guerra Civil Española”, agregó.
“Y luego ocurren dos sucesos más que terminan de gestar este nuevo carácter de Neruda. El primero es su etapa de cónsul en México, donde se relaciona con los grandes muralistas, como David Alfaro Siqueiros y Diego Rivera, que han pintado la historia de América desde los tiempos prehispánicos hasta el mundo contemporáneo de las fábricas y la lucha de los obreros por sus derechos. Fue un contacto necesario para que empezara a pensar su ‘Canto General’. Y el último suceso que lo marca es su retorno a Chile, cuando Gabriel González Videla es elegido Presidente y declara fuera de la ley al Partido Comunista. Neruda es senador y pronuncia en el Senado su discurso ‘Yo acuso’, tras lo cual se acentúa la persecución en su contra, lo que lo obliga a pasar a la clandestinidad y posteriormente escapar del país”.
El profesor Eliseo Lara, en tanto, enfatizó en que “hay que entender a Neruda como político tanto que como poeta, porque así como a los 15 años ya había ganado premios literarios, también era presidente del centro de alumnos en su colegio en Temuco. La política está muy presente en sus versos y su poesía es solidaria con otros pueblos. ‘Alturas de Machu Picchu’ es una invitación a la reflexión histórica sobre el pueblo subyugado que contiene la esperanza de modificar esa realidad, pero para lo cual es necesario escuchar esas voces muertas. Neruda es hijo de tiempo como nosotros del nuestro y su obra retrata toda una historia silenciada. Su obra, sin ir más lejos, abarca también todo el proyecto de la Unidad Popular, que es un proceso de setenta años que fue apagado y que hoy parece sólo el eco lejano de una utopía, algo que pudo ser y no fue”.
El seminario “Neruda, 110 años” comenzó el martes con una exposición fotográfica y exhibición de documentales que aportó la Fundación Neruda y concluye al mediodía de este jueves con el panel, “Neruda, de la bohemia al odio”, en el que expondrán el periodista René Naranjo y el editor general de la Editorial UV, Ernesto Pfeiffer.
El director del Campus Santiago, Galo Herrera, expresó que “la Universidad de Valparaíso forma algo más que profesionales competentes para las distintas disciplinas que cultiva. En realidad, aquí se forman ciudadanos comprometidos con las comunidades y organizaciones en las que participan. -Para ello, es indispensable que nuestras comunidades educativas organicen, propicien y participen activamente de las artes, la literatura, y de cualquier manifestación cultural, ya que solo así se logra comprender lo complejo del entorno. A partir del legado de Neruda podemos entender nuestra historia, situarnos en la realidad en la que estamos inmersos y, más importante aún, descubrir aquellos fundamentos que nos permitirán responder al Chile del futuro”.