“La democracia liberal representativa está en crisis en el mundo, agravada en América Latina”
El doctor Gilberto Aranda ofreció la charla magistral “Cambios en la Sudamérica del Pacífico”, en una actividad organizada en conjunto por el Campus Santiago y la Escuela de Negocios Internacionales de la Universidad de Valparaíso. “La democracia liberal representativa está en crisis en el mundo, agravada en América Latina por admitir abusos de poder y una desigualdad estructural, en medio de una sociedad más transparente y con mayores demandas”, sostuvo en parte de su exposición.
Aranda explicó que lo que sucede en nuestra región es parte de una crisis global que se visibilizó a partir de la crisis subprime 2008, movimientismo (Occupy Wall Street, indignados de España y Primavera Árabe, entre otros) y las oleadas migratorias.
Este contexto se caracteriza por el aumento de los niveles de insatisfacción de la ciudadanía, el descenso en el respaldo hacia las democracias liberales de posguerra y un clima de anhelos de cambios y discursos diversos, también aquellos propicios para el surgimiento de populismo de izquierdas o derechas. Asimismo, planteó que los estallidos sociales y cambios políticos que se están produciendo en Sudamérica implican “una revisión de las estrategias de desarrollo”, que estaban basadas en la apertura hacia el exterior, y que cada uno de los países esté mirando atentamente las experiencias políticas de sus vecinos.
En cuanto al populismo, el profesor Aranda señaló que es una idea blanda que “tiene dos componentes: es antiélite y anti pluralista (Mudde y Rovira). Ve el mundo en blanco y negro”, indicó, aclarando que “hay procesos populistas, como el europeo, con una alta dosis de exclusión a los migrantes o a sus descendientes. En Latinoamérica también se han dado algunos populismos de exclusión política, como ocurre con Maduro en Venezuela, pero también otros procesos donde la inclusión de sectores antes marginados ha sido la tónica, como en Bolivia”. Sin embargo, tanto los incluyentes como los excluyentes, “lo que hacen es concentrar el poder en forma unipersonal”.
Un “Estado social”
Lo que está ocurriendo en Chile, según Aranda, es el resultado de un “proceso de sedimentación de las frustraciones muy largo”. El analista sitúa un primer síntoma en el denominado “Mochilazo” del 2001, protagonizado por estudiantes de enseñanza media, luego en el “Pingüinazo” o manifestación masiva de escolares en 2006, las movilizaciones de estudiantes universitarios en 2011 y el movimiento feminista de 2018.
Todo ello evidenció que había un movimiento de indignación que exigía el fin de los privilegios, de los abusos de poder y de la desigualdad estructural que desembocó en el estallido social de 2019. Aranda recordó que solo después de esta revuelta la dirigencia política respondió con "un acuerdo que contemplaba una nueva Constitución”.
Si bien hasta 2020 ya se le habían efectuado 53 reformas a la Constitución de 1980, el académico destacó que “aún quedaba su ilegitimidad de origen”, ya que fue elaborada durante la dictadura, y le otorga un mínimo papel al Estado (subsidiario), lo cual “a estas alturas es inadmisible para una mayoría de la población que quiere un Estado social”, sostuvo Aranda.
Sobre cómo proyecta el proceso constituyente, el analista explicó que la convención está “muy fragmentada, lo que puede ser positivo o negativo, dependiendo de la dinámica que se dé en ella”, destacando que casi dos tercios de sus integrantes son independientes.
“Asimismo, han surgido dos ejes: antineoliberal-neoliberal, así como el antipartidos versus partidos. Pero yo quiero decirles a todos y todas que el ‘partido del abstencionismo´ parece seguir siendo el más fuerte. Solo fue derrotado en el plebiscito del 25 de octubre de 2020”. Por esta razón, Aranda dio a entender que existe aún incertidumbre frente a las próximas elecciones respecto a cómo votaran ciertos sectores y si son susceptibles de ser movilizados.
Perú, Colombia y Ecuador
Sobre la realidad de Perú, Aranda comentó que “hemos visto un escenario de alta fragmentación con 17 candidatos presidenciales en primera vuelta y un balotaje muy polarizado, con un programa del partido de Pedro Castillo -Perú Libre- que, por un lado, apunta a la presencia de registros utópicos andinos (mileniarismo andino), pero también de socialismo al estilo de la ola rosada de principios del siglo XXI (…) Además, en su redacción no participó el candidato Castillo, quien ha mostrado poca sintonía con la agenda de género y otras diversidades”.
“Lo anterior, frente a un programa de Keiko Fujimori que es más de lo mismo, el sistema inaugurado por su padre en 1993 y que intenta hacerlo funcionar mejor, aumentando las capacidades del Estado para llegar a todas partes. Lo voy a decir bien claro: es un momento populista”, añadió el académico. A esto se suma un Congreso muy fragmentado que, a juicio del experto, hará muy difícil la “gobernabilidad”.
En Ecuador, explicó el doctor en Estudios Latinoamericanos por la Universidad de Chile, el correísmo (por el expresidente Rafael Correa) generó dos nuevos clivajes, además del de derecha-izquierda, el de desarrollo y posdesarrollo, y el de correísmo y anticorreísmo. Guillermo Lasso, “el candidato conservador, logró el respaldo del mundo andino, lo que hace que hoy el anticorreísmo sea más fuerte que los otros dos clivajes”.
En Colombia, añadió, “estamos asistiendo a la bancarrota del uribismo y el fin del ciclo de los Tratados de Libre Comercio (TLC). Las protestas en las calles continúan, así como la represión, mientras aparecen enfrentamientos entre civiles. Por primera vez un candidato de la izquierda, Gustavo Petro, tiene opciones de llegar a la presidencia, con lo que se está marcando el fin de los ciclos ideológicos derivados del Consenso de Washington”.
En todos los casos hay una “revisión de las estrategias de desarrollo cimentadas en el aperturismo hacia el exterior con sello comercial", así como la experiencia común de una serie de estallidos para exigir el cambio. Al mismo tiempo, se constata que en la Sudamérica del Pacífico nos estamos mirando más. Chile mira a Perú respecto de lo que está ocurriendo con la fragmentación y polarización política, Perú mira a Chile respecto a lo que significa una asamblea o convención constituyente, Colombia mira a Perú, porque si Castillo es confirmado, parecería más factible que un político de izquierda acceda al poder, al tiempo que mira a Chile respecto a la forma de salida de un escenario de alta conflictividad en la calle”, arguyó Aranda.
Esta actividad fue presentada por el profesor Daniel Ferreira, jefe de carrera de Ingeniería en Negocios Internacionales en el Campus Santiago.